
DON PERICO SUITO - DON TUCO ROCA REY - DON FERNANDO GRAÑA (de izquierda a derecha).
Esta
es una foto con historia...en ella de izquierda a derecha don Perico Suito, don
Tuco Roca Rey y don Enrique Ego Aguirre en los tendidos de la recientemente
remodelada Plaza Acho.
Esta
foto además nos sirve para poder contarles algunos hechos que son la verdadera
historia de nuestra fiesta taurina en el Perú y que mi me la contaron los
propios protagonistas de esta foto y otra que tuve la suerte de vivir aun
siendo muy joven.
Perico
Suito fue si lugar a dudas el hombre que más amo la Plaza de Acho, como
administrador de ella por varias décadas, la plaza se mantuvo inmaculada, con
detalles de flores por todo su perímetro, un ruedo impecable, donde se dejaba
entrenar a los toreros, novilleros y maletillas quienes aprendían a quererla,
siendo ellos mismos quienes regaban el ruedo después de cada entrenamiento o
limpiaban las tablas si estas se ensuciaban, todo ello, porque hubo un hombre
que amo la plaza, que nos inculcó que a Acho había que amarla, por los toreros
que se jugaron la vida ella, por su historia. Ese fue don Perico Suito. Hoy en
día la Beneficencia la tiene que da pena, que produce ganas de llorar, y es que
nunca conocieron como nuevos aficionados jóvenes una Plaza como se las cuento.
Y no cabe la menor duda que quienes la tienen a su cuidado (aunque debería
decir "descuidado"), se imaginan ni un por segundo lo que fue de
bella la Plaza de Acho.
Por
eso mi homenaje a don Perico Suito que debería tener un merecido busto en Acho
como el hombre que mas cuido y amo la Plaza.
Don
Tuco Rey, quien fue el verdadero gestor y a quien se le ocurrió la idea de
hacer una feria en Lima... y la historia se cuenta así..., en el año 1945 con
motivo de contratar a "Manolete" para que venga a Lima viaja a España
con el matador Juan Belmonte Campoy para tal cometido, y después de ver unas
ferias españoles dedicadas a sus santos patrones, de regreso a Lima por barco
hace escala en Buenos Aires y llama por teléfono a don Fernando Graña y le
cuenta la idea de hacer una feria de postín en el mes de octubre (la temporada
de toros en Lima antes eran el verano), es decir cambiarle de fecha a la
costumbre taurina en Acho y que se llame "Feria del Señor de los
Milagros" por la devoción que don Tuco le tenía al Cristo de Pachacamilla.
La idea le gusta a don Fernando Graña y llama a Manuel Solari quien la lanzó
como cronista taurino. Así me contó esta historia don Enrique Ego Aguirre y es
de él de quien voy a contarles dos anécdotas. Una propia de don Enrique y otra
personal conmigo en mis épocas novilleriles.
Resulta
que una tarde don Enrique, que a la sazón era manoletista y partidario del
torero, en una corrida que toreaba "Manolete" le dice que estaba
seguro que cortaría las orejas, a lo que "Manolete" le responde..."Mira
Enrique si corto las orejas de este toro, te regalo la muleta con la que he
toreado". Y así fue, "Manolete" cortó las orejas y le dio la
muleta a don Enrique que la conservó como uno de sus más grandes bienes.
La
anécdota personal tiene todo que ver con esta muleta, un día llego a la casa de
don Enrique y como andaba muy escaso de trastos y tenía que torear una
novillada le fui a pedir una muleta y don Enrique que estaba en la planta alta
de su casa y no podía bajar me manda decir que me lleve la que estaba encima de
su escritorio, y así fue, entre a su escritorio y me lleve la muleta que estaba
encima, o por lo menos la más cercana que encontré. Con esa muleta toree varios
festejos afortunadamente sin que sufriera daño alguno, cuando un día me llama
don Enrique a casa de mis padres y me dijo si yo había visto su muleta de
"Manolete", y con la seguridad del caso le dije que no. Pero me quedo
una duda y fui al esportón antiguo de madera que tenia que perteneció al
maestro Rovira y que cayó en mis manos por esas cosas del destino (me lo dio
César Caro) y revise la muleta que me había llevado de la casa de don Enrique y
al abrirla estaba el nombre de Manuel Rodríguez "Manolete", de
inmediato la limpie la deje como debía de estar y la deje en la casa de don
Enrique, sin que supiera que yo había tenido, con los años le conté esta
historia y se rió mucho.
Don
Enrique donó esta muleta de "Manolete" al Museo Taurino de la Plaza
de Acho donde se encuentra en la actualidad picada, descolorida, sucia y en un
estado calamitoso. El otro día que la vi me dio mucha pena porque recordé esto
que ahora les cuento.
Lo
que les he contado no lo e leído porque soy muy mal lector, son cosas me
contaron los protagonistas de esta foto a quienes conocí y me enseñaron el amor
y el cariño, así como la afición a las fiesta de los toros.