Recordando
aquella tarde importante dentro de la Feria del Señor de los Milagros del año
1964, el indispensable libro de don Manolo Pajuelo nos dice de la actuación de
los toreros:
Curro
Romero
(Grosella y Oro)
Al primero le instrumentó
unas exquisitas verónicas con la franela, se animó a torear, haciendo vibrar al
coso con unos pases llenos de arte. Mató de una caída. Dio la vuelta al ruedo.
Con el cuarto fue el reverso
de la medalla, toreando distanciado y con miedo, mató de un golletazo. Pitos.
“El
Cordobés”
(Verde y Oro)
Al segundo de “Rancho Seco”
toreó con valentía, se le vio algunos muletazos extraordinarios, arrimándose
horrores, la emoción fue grande, entró dos veces a matar y luego descabelló, le
dieron las dos orejas que fueron protestadas por parte del público.
Al quinto de “Las Salinas”,
la faena que hizo fue variada y valiente pero de menos calidad que la anterior;
mató al segundo intento de descabello. Silencio.
“Zurito”
(Verde u Oro)
El tercero de “Las “Huertas”
fue un manso, lo trasteó sin pena ni gloria, sólo mostró voluntad, lo
descabello al tercer intento.
El sexto fue de “Rancho
Seco” y era bravo, su faena fue larga y valerosa, con mucha tranquilidad y
torerísmo. Entró a matar en falso cayendo en la cara del toro. “El Cordobés” le
hizo un quite a cuerpo limpio. Demoró en matar. Le dieron una oreja.