
Ginés Marín. ¿Podría mostrar una foto como esta, de la tarde donde el novillero Andrés Roca Rey, simplemente estuvo inmensamente mejor. Pero esto ya se evidenciaba, cuando en su segundo novillo el presidente de plaza, le dio la oreja cortada a ley a regañadientes, ante la insistencia de la afición. ANDRES ROCA REY SALIENDO POR LA PUERTA GRANDE DE LA PLAZA DE TOROS DE ARNEDO.
La
verdad que al escuchar por televisión que el triunfador del “Zapato de Oro” de Arnedo
era el novillero Ginés Marín, no lo podía creer, no podía creer tanta cara dura
y poca vergüenza del jurado que otorga este premio.
Todos
los que vimos la novillada apreciamos a un torero como Andrés Roca Rey, muy por
encima de su lote, sacando muletazos de donde el novillo no los tenia, con temple,
arrimándose, cruzando la raya, en fin, pueden verlo en el portal las dos faenas
de Roca Rey, mientras que Ginés Marín, que también es buen novillero de
primera, esa tarde estuvo embarullado, falto de temple en la mayoría de los
muletazos, sin darle sitio a sus dos novillos, en general no estuvo bien, tanto
así que el video de la corrida se le ve disgustado, las imágenes no engañan,
así de simple.
La
pregunta es. ¿Hasta cuándo?
Mientras
que acá, en el Perú, a cualquiera que hable con la “z”, lo creen torero, y
mucho peor, hasta taurino o gran aficionado.
Este
premio es una ofensa al intelecto taurino de la afición americana y sobre todo
la peruana, que tanto asilo le damos a toreros españoles durante el año, y que
la gran mayoría no aporta absolutamente nada a la evolución de nuestra fiesta,
habiendo tantos buenos toreros en nuestra América Taurina, ninguno de los
toreros españoles que viene a Perú, son imprescindibles, pero volvemos al
comienzo de esta nota, la “chaladura”, para usar un término hispano, de creer
de si habla con “z” tiene que ser mejor que los locales.
Mientras
que acá sucede lo dicho, en España, se le roba descaradamente al novillero
Andrés Roca Rey, el premio de “El Zapato de Oro” de Arnedo, ya es hora que las
cosas cambien, sobre todo para aquellos que traen toreros españoles hasta
nadando. Si nosotros, no nos damos nuestro sitio, nadie nos lo va dar.
Ojalá
se medite en ello, y pronto, el Perú Taurino, que es el pulmón de la fiesta en
el mundo, y por ende, no puede ser el asilo taurino de quienes no tienen ni
siquiera cabida en su propia tierra.
En
cuanto al novillero peruano Andrés Roca Rey, triunfador taurino y no de
escritorio o despacho como dicen por allá, de este ciclo, es un orgullo para el
Perú y para toda la América Taurina, debe mirar esta situación como un gran
paso, porque eso evidencia a todas luces, que asusta, que incomoda, que es un
conquistador en España a punta de “cojones”, y esto querido torero, son como
los galones de un militar, que se ganan luchando las más duras batallas y
saliendo victoriosos, aunque los “jurados”, no sean objetivos y mucho menos
buenos aficionados, es decir que sean de vergüenza.