Los años dentro del mundo del
toro me enseñaron muchas cosas de la vida, pero sobre todo que este, tiene
muchas aristas, muchos lados, enfoques y maneras de entenderlo y por ello,
comprendí que uno no puede estar en todas ellas, sino escoger aquella en la que
nos haga sentir bien, disfrutar con cambio de ideas y opiniones, pero sin antagonismos
que dañan. En pocas palabras “mi propio mundo taurino”.
En este contexto, hace muy
pocos días tuve la suerte de vivir “La Feria Mundial del Aficionado Práctico”,
gracias a mi buen amigo Fernando Loayza y junto con José Ignacio Bullard y
Antonio Pezo, emprendimos una aventura taurina nueva en Bogotá, en la ganadería
de Marruecos del señor Londoño donde se llevó a cabo dicho certamen.
Impresionante, cuanta
camaradería, cuanta amistad y de las buenas, conocer a aficionados de primera,
hacer nuevos amigos como Fabricio, el presidente de la plaza de toros de
Riobamba. Llegar al hotel donde se hospedaban los aficionados prácticos y en la
recepción, ver algo indescriptible, la cantidad de trastos de torear que había,
delegaciones de Ecuador, México, Colombia y Perú, matadores de toros como el “Zotoluco”,
“Alfonso de Lima”, Samper otros, un ambientazo taurino de primera.
Llegar a la ganadería de “Marruecos”
para ver los ejemplares que se lidiarían y allí en el mejor entorno imaginado,
nuevamente una lección de buena afición, los aficionados menos rodados escogiendo
sus novillos, y los más rodados sorteando, no porque está reglamentado así, sino
por caballerosidad, por compañerismo para que todos se sientan cómodos y así
fue luego en el ruedo.
Tres festivales muy bonitos, y
sentirme orgulloso de ver a nuestros dos representantes torear con tanta
afición y dar ambos todo de sí para lograr el triunfo. Alfonso Simpson quien
cortó una oreja y José Ignacio Bullard, dos orejas y rabo. A mí manera de ver,
el último festival de la jornada en el que actúa José Ignacio Bullard fue el triunfador
de la tarde y mereció el trofeo que se otorgaba, ya que el mexicano Aceves de
muy buenas cualidades y solvencia ya torea de luces.
Fuera del ruedo cabe destacar que,
así como Perú fue la mejor barra del mundial, don Fernando Loayza se hizo dueño
del tendido en menos de cinco minutos, reencontrándose con amigos y con esa “chispa”
que lo caracteriza, se convirtió en “capitán general”, gran representante de la
afición peruana.
En estos pocos días tan
taurinos y bonitos también cabe agradecer a Antonio y Cecilia Rodríguez quienes
nos hicieron sentir como en casa.
La “Feria Mundial del
Aficionado Práctico 2019”, todo un éxito y enhorabuena a los organizadores y
actuantes que demostraron el torero que llevan dentro.